sábado, 4 de junio de 2011

Cañón de los almádenes 1.0.

Hola de nuevo:
Esta ruta está situada entre Cieza y Calasparra, en el curso alto del río segura.
Este espacio ha sido propuesto como Lugar de Importancia Comunitaria y forma parte de una Zona de Especial Protección para las Aves, estando incluido dentro de la Red Natura 2000, una gran red de espacios naturales a escala europea.
Después de unos meses de espera para hacer esta ruta, conseguí hacer un hueco para ir a pasearme por los montes de Cieza y poder ver el río Segura en un punto más alto de su ribera del que estoy acostumbrado (poca agua y mucha contaminación). Lo mejor de todo esto es que hasta incluso pude disfrutar de la compañía de mi esposa, lo cual es un lujo un Domingo por la mañana de agradecer por mí. Gracias.
Bien, comenzamos por una ladera de piedra muy curiosa, y medio perdido antes de encontrar el sendero que bajaba hasta el puente que cruza el río, vimos toda la infraestructura que que hay montada para la central hidroeléctrica. Nada más cruzar el puente ya eché de menos el pantalón largo... cómo pinchan el esparto y las carrascas.
En ese punto encontré un lugar muy bonito que sinceramente no esperaba ni mucho menos imaginar del río Segura, era una especie de socavón en la roca del que manaba una gran cantidad de agua cristalina. La superficie del agua daba muestras de la fuerza con la que el agua venía del fondo. Éste agua después de escasos metros que recorría hasta el cauce del Segura, se tornaba turbia tristemente. La verdad, me produjo mucha satisfacción y asombro ese pequeño lugar tan accesible y puro del que tomé debida cuenta en la prematura vuelta.

Cuando pasamos unos minutos allí continuamos por la maleza y ascendimos a un campo de esparto bastante amplio, sin senda aparente, que atravesamos haciendo algo de zig-zag hasta que nos situamos al borde del cañón y observamos desde lo alto el pequeño cauce del río con sus turbias aguas marrones.

En este punto, mi querida acompañante me instó a volver al punto de partida, así que dimos media vuelta (muy a mi pesar, debo reconocer, pero maquinando cómo aprovechar el madrugón y cuándo volver a éste lugar) y retrocedimos hasta el agua clara.

¡Uau!
Para mi sorpresa, el agua no estaba nada fría para esta época del año, y más siendo río, así que disfruté de un agradable y refrescante baño antes de que almorzáramos sendos bocatas suculentos y merecidos.


Para terminar de redondear la mañana y hacer un poco de tiempo fuimos a visitar el embalse de Alfonso XIII, a unos 15 ó 20 minutos de la central eléctrica. Un lugar curioso para visitar, que aprovecha las aguas del río Quípar, con pequeños túneles antigüos, gente pescando...

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